jueves, 23 de abril de 2009

Las insulae

Insulae

Las insulae eran bloques de viviendas, normalmente en régimen de alquiler, de varios pisos en el periodo imperial romano. Eran utilizadas por los ciudadanos que no podían permitirse tener viviendas particulares (domus).


Por fuera, las insulae ofrecían un aspecto magnífico, bloques de 300 ó 400 metros cuadrados construidos en varios pisos de altura. Algunas llegaron a tener una altura de 6 ó 7 pisos. Las insulae estaban construidos con materiales baratos y de mala calidad.
Las insulae y los cenacula (apartamentos en la parte más alta de la vivienda) tenían una distribución muy parecida a los bloques y pisos de hoy en día pero no contaban con agua corriente, cocina ni baño. Las heces se depositaban al pie de la escalera (dolium) en un recipiente común o simplemente eran tiradas por las ventanas.

Estructura de las insulae




Según su estructura y la utilidad de las plantas bajas podían diferenciarse dos tipos:

-Un primer tipo en el que la planta baja se utilizaba para tabernas o comercios, quedando en el entresuelo las viviendas de los trabajadores de estos establecimientos y dividiéndose los pisos superiores en departamentos habitables.

-Un segundo tipo, semejante a algunos edificios actuales, en el que desde la calle se accedía a un patio interior o jardín a través de pasillos situados en una de sus fachadas (también podían contar con varias entradas). Desde este espacio se pasaba a las puertas de las casas.

No obstante, en los dos modelos de insulae los pisos superiores se convertían en un auténtico laberinto de pasillos y escaleras verticales que hacían muy complicado el acceso y la salida de las diferentes estancias, incluso debiendo atravesar diversas casas hasta llegar a la propia. Debido a ello las situaciones peligrosas como incendios o derrumbes eran muy temidas. Tras el gran incendio de Roma en época de Nerón los materiales de las insulae aumentaron de calidad y también la separación entre manzanas ya que una de las causas principales de la propagación del fuego había sido el efecto dominó que provocaron estas edificaciones al incendiarse una tras otra.

1 comentario:

MaDi dijo...

Recuérdame que te cuente el chiste de Nerón ... ;-)