miércoles, 15 de abril de 2009

Partes del discurso

Vamos a hablar un poco de RETÓRICA

Todo discurso consta de cuatro partes, así se entendía, se enseñaba y se aprendía en la Roma Antigua. Hoy día hay talleres de expresión oral donde se enseñan todos estos principios básico. Y si no me creéis mirad lo que encontré AQUÍ

EL EXORDIO (exordium)


Busca hacer al auditorio benévolo, atento y dócil. Su función es señalizar que el discurso comienza, atraer la atención del receptor, disipar animosidades, granjear simpatías, fijar el interés del receptor y establecer el tema, tesis u objetivo. Es necesario afectar modestia para capturar la simpatía del público y explotar su tendencia a identificarse con quien está en apuros o es débil.

LA EXPOSICIÓN O NARRACIÓN (expositio/narratio)


La narratio, desarrollo o exposición, es la parte más extensa del discurso y cuenta los hechos necesarios para demostrar la conclusión que se persigue. Si el tema presenta subdivisiones, es preciso adoptar un orden.

En la partitio tenemos que despojar al asunto de los elementos que no nos conviene mencionar y desarrollar y amplificar aquellos que sí nos convienen. Los recursos estilísticos que se suelen usar en la partitio son: taxis, merismo, diéresis, diálisis, eutrepismo, prosapódosis, hipozeuxis y distributio.

Esta sección enseña los puntos fuertes que vamos a defender. Intenta tener presente la brevedad , la claridad y la verosimilitud. No hay que hacer increíbles unos hechos ciertos y el abogado que haga creíbles unos hechos falsos logrará que el jurado vote por su cliente.

En el mundo literario, el principio de verosimilitud es importantísimo, ya en estética realista o fantástica. En la exposición se incluye una serie de circunstancias: quién , qué , cuándo, cómo, dónde, por qué, con qué medios. Hay que interrumpir la exposición con breves digresiones que impidan la monotonía.




LA ARGUMENTACIÓN (argumentatio)

Es la parte donde se aducen las pruebas que confirman la propia posición revelada en la tesis de la exposición y se refutan las de la tesis de la parte contraria, dos partes que Quintiliano considera independientes.

La confirmación exige el empleo de argumentos lógicos y de las figuras estilísticas del énfasis; los de la refutación serían por el contrario metástasis, contrarium, contradicciones, el progymnasma de la refutación.

También es un lugar apropiado para el postulado o enunciado sin prueba, siempre que no debilite nuestra credibilidad, para lo cual hay que recurrir al postulado no veraz pero plausible, a fin de debilitar al adversario desorientando su credibilidad; lo mejor en ese caso es sugerirlo y no decirlo. Se recurre a una lógica retórica o dialéctica que no tiene gran cosa que ver con la lógica científica, pues su cometido no es hallar la verdad sino convencer.

Para los discursos monográficos enfocados a la persuasión, convienen las estructuras gradativas ascendentes. La retórica clásica recomienda para los discursos argumentativos monográficos el orden nestoriano, el 2,1,3: esto es, en primer lugar los argumentos fuertes, en segundo lugar los más flacos y débiles y en último lugar los más fuertes de nuevo.

LA PERORACIÓN (peroratio)


Parte destinada a inclinar la voluntad del oyente suscitando sus afectos, recurriendo a móviles éticos o pragmáticos y provocando su compasión con y su indignación para atraer la piedad del público y lograr su participación emotiva, mediante recursos estilísticos patéticos; contiene lugares de casos de fortuna: enfermedad, mala suerte, desgracias…

Resume lo que fue desarrollado para facilitar el recuerdo de los puntos fuertes y lanzar la apelación a los afectos; es un buen lugar para lanzar un elemento nuevo, inesperado e interesante, el argumento que refuerce todos los demás creando en el que escucha una impresión final positiva y favorable.


La información procede de: http://retorica.librodenotas.com/?s=Las-partes-del-discurso

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